sábado, 25 de abril de 2015

Trastorno de ansiedad generalizada

   
 

una enfermedad que ataca el siglo XXI  



Cambiar de trabajo, montar en avión, conocer nuevas personas,  mudarse de casa, presentar un examen, hablar en público, casarse, tener un hijo y hasta irse de vacaciones puede generar altísimos niveles de ansiedad en muchas personas. Cuando este se agrava, hablamos de un trastorno de ansiedad generalizada. Conócelo. 
Lo desconocido genera ansiedad. Enfrentarnos a nuevos retos puede elevar nuestro nerviosismo,  cambiar nuestros patrones de sueño por unos días,  comer más, hablar menos y sentir esas “mariposas en el estómago”, pero esto pasa cuando la persona se va a descansar, cuando llega el fin de semana,   cuando cambia de actividad o cuando, simplemente, la persona se adapta a aquello que antes le generaba temor.

Pero ¿qué pasa cuando una persona está en permanente aprehensión y tensión? Pues que puede sufrir un mal común en esta época: El trastorno de ansiedad generalizada.
Este trastorno, conocido comúnmente como TAG,  involucra a las personas que todo el tiempo están preocupadas por algo, aun cuando no exista ninguna razón real para preocuparse, lo que los especialistas llaman expectación aprehensiva. Es más común que ocurra en las mujeres que en los hombres (aunque se ha incrementado la tasa de niños ansiosos en el mundo).

Síntomas

Para hablar de que una persona padece un síndrome de ansiedad generalizada es porque ha padecido  los últimos 6 meses los siguientes síntomas:
  • Irritabilidad.
  • Fatiga constante.
  • Sensación de estar enfermo todo el tiempo.
  • Taquicardias, arritmias o palpitaciones.
  • Hormigueo.
  • Dificultad para relajarse.
  • Dificultad para tragar.
  • Aparición de tics o temblores.
  • Incapacidad de resolver los problemas del día a día.
  • Problemas para conciliar el sueño, y al dormir, tener un sueño poco reparador.
  • Tensión muscular.
  • Dolor de cabeza.
  • Problemas estomacales.
  • Aparición de gases, eructos.
  • Inquietud, sobresaltarse con facilidad.

Factores de riesgo

Aunque cualquier persona puede sufrir de un trastorno de ansiedad generalizada en cualquier momento de su vida, estos son los factores  que incrementan la posibilidad de padecer este trastorno.
  • Sexo: las mujeres están más predispuestas a padecer este mal que los hombres.
  • Factores genéticos: Las personas con una historia familiar de pacientes ansiosos tienen el 25% de posibilidades de padecer también este trastorno.
  • Abuso de sustancias: tomar alcohol, fumar o consumir drogas como la marihuana o la cocaína aumentan la incidencia del TAG en las personas.
  • Problemas médicos: como el colon irritable, migrañas o pacientes que presentan un dolor crónico por causa de cualquier enfermedad.
  • Depresión: generalmente, la ansiedad viene acompañada de un episodio depresivo en las personas, generalmente con periodos de distimia.
  • Eventos estresantes: como la pérdida de un empleo, de una relación de pareja, etc.

¿Cómo tratarla?


Cuando la ansiedad irrumpe en la vida de las personas sin dejar campo al sosiego, la tranquilidad o el disfrute, es hora de ir a un médico. El especialista en salud mental le brindará a la persona una salida a su mal, que puede incluir un tratamiento con medicamentos de orden antidepresivo o ansiolítico o terapias psicológicas regulares, en las que se tratará este problema mediante la exposición de los miedos más comunes del paciente y la forma de afrontarlos en el día a día. 
Además de un tratamiento médico, no está demás seguir los siguientes consejos:

  • Aprende a controlar tu respiración: respira de forma lenta, poniendo una mano sobre el estómago y otra sobre el pecho en una superficie plana.  También, trata de respirar despacio mientras trabajas o cuando realices una actividad que no requiera mayor esfuerzo.   Entre más despacio respires, más fácil será controlar la ansiedad.
  • Relaja los músculos: uno a la vez, empezando por los pies hasta la cabeza.
  • Haz ejercicio de forma regular. Este te ayuda a bajar los niveles de ansiedad.
  • Evita el consumo de alcohol, cigarrillo, drogas y cafeína (que se encuentra en gaseosas, en los chocolates, en el tinto y en el café), pues estos aceleran el sistema nervioso empeorando los síntomas.
  • Piensa en aquel suceso que ha llevado la ansiedad a tu vida. Tal vez ni siquiera lo recuerdes (puede  ser una noticia que viste, un sueño, una conversación con un amigo, etc.) lo importante es tratar de enfrentar el miedo, conocer sus causas y luego, superarlo.
  • El yoga es un gran aliado con la relajación y la disminución de los índices de ansiedad.  Puedes empezar con clases de yoga una o dos veces por semana hasta que disminuyan los síntomas.
  • No te automediques. La única salida a un trastorno de ansiedad generalizada la tiene un médico especialista en el tema.  Evita la ingesta de productos no recetados por el médico (pues estos podrían agudizar el cuadro).
  • Descansa. Lo mejor que puedes hacer cuando presentas cuadros de ansiedad es tratar de descansar. La falta de sueño hace que tu día esté más agitado, que no te concentres y que estés en un estado de alteración constante. Consulta a tu médico si también  presentas problemas al dormir.
La ansiedad, bien manejada, es necesaria para la supervivencia de ser humano, pues es la que nos socorre en caso de que estemos en una situación de peligro, ayudándonos a actuar de la mejor manera ante situaciones de estrés.  Pero cuando la ansiedad se vuelve crónica, cuando cada evento de la vida te llena de miedo, de dificultad, de impaciencia y de estrés,  es mejor consultar a un médico. Recuerda que lo que puede empezar como un mal  manejo de la ansiedad, puede desembocar en enfermedades mentales aún más complicadas como las fobias, los ataques de pánico o la neurosis. Por eso, es mejor consultar a tiempo y evitar, a futuro, un cuadro psiquiátrico peor. 

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