En las últimas dos décadas, la proporción de colombianos menores de 15 años bajó de 35% a 31%, mientras que la población con 65 años o más aumentó de 5% a 7%, una muestra clara del rápido proceso de envejecimiento que se vive en nuestro país.
Según la más reciente Encuesta Nacional de Demografía y Salud, con este escenario Colombia se enfrenta a nuevos retos, entre ellos al mejoramiento de las condiciones de vida de los adultos mayores; cerca de una cuarta parte de ellos deben trabajar y se evidencia una realidad de soledad y de enfermedades mentales. La encuesta estableció que la proporción de hogares de adultos mayores que viven solos está creciendo, especialmente en el caso de las mujeres. Las viudas representan 38% del total de las mujeres de la tercera edad en Colombia.
Muchos quisiéramos tener la certeza sobre cómo será nuestro futuro y el de nuestros seres queridos. Por lo pronto no es posible predecirlo, pero sí podemos construir desde ahora las bases que nos garanticen el bienestar en una buena medida. Uno de esos pilares consiste en la prevención de la enfermedad con hábitos saludables; se trata de tener una vida armoniosa en la que la buena alimentación, dormir bien y la actividad física estén presentes, así como las relaciones interpersonales satisfactorias, especialmente en compañía de la familia. Otro pilar lo constituye planear a futuro y el ahorro, que actúa como un respaldo para esos pequeños o grandes gustos que sentimos nos merecemos, o ante situaciones adversas inesperadas. El ahorro es un seguro de bienestar cuando llega el tiempo de retirarse a vivir una nueva etapa, con menos prisa y llena de oportunidades para retomar hobbies y proyectos aplazados, para compartir con los seres queridos, para ser feliz.
No sabemos cómo será nuestra vejez, pero sí podemos empezar a construir un escenario que nos satisfaga: salud, armonía emocional y un ahorro que nos permita tener calidad de vida y capacidad de respuesta en caso de enfermedad.
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