miércoles, 18 de marzo de 2015

Sura estaría interesado en comprar las aseguradoras de Penta en Chile

De acuerdo con información publicada por el Diario Financiero de Chile, Sura estaría entre los dos interesados en comprar aseguradoras del Grupo Penta: Penta Security y Penta Vida, que se pusieron a la venta luego de que la enajenación del banco del mismo holding, no avanzó como consecuencia del poco atractivo que tenían.

“La firma controlada por Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano optó por agregar otras de las firmas del grupo al paquete para poder concretar la operación”, resalta el medio chileno. 
Diario Financiero señala que Sura -que ya cuenta con una operación en Chile a través de AFP Capital- ya ha preguntado por el precio de las compañías y ha mostrado interés en comprar ambas en su totalidad. La operación, de darse, tendría que ser a través de Sura Asset Management filial de Sura y que los representa internacionalmente. El otro interesado es el Grupo Asegurador Pacífico, la filial local de la peruana Credicorp.
“Según cuentan cercanos, las fórmulas de venta de las aseguradoras son diferentes. Las conversaciones que estaría sosteniendo Penta hasta ahora con los peruanos de Credicorp no consideran la venta de la totalidad de su participación en la compañía de Seguros Generales Penta Security (70%) y Penta Vida, donde tienen 99,85%, sino que solo una parte, sumándolos como socios. La fórmula no sería desconocida para ambos, pues ya comparten la propiedad de una firma de seguros de salud en Perú, luego de haber fusionado operaciones en septiembre”, indicó la publicación. 

¿Qué está a la venta?
De acuerdo con las cifras más recientes (cierre de 2014) el patrimonio de Penta Vida alcanza los US$204 millones y el de Penta Security llega a los US$68,45 millones, razón por la que la primera es la que despierta un mayor interés.

martes, 17 de marzo de 2015

El país se toma en serio los sismos y el riesgo de desastres

Colombia tomó conciencia con inundaciones de hace 5 años y, con ayuda de Japón, mejora su respuesta.

En Santander, 18 municipios fueron los más afectados por el fuerte sismo de esta semana.
En Santander, 18 municipios fueron los más afectados por el fuerte sismo de esta semana.

Colombia tiene un sistema de prevención y atención de desastres cada vez más robusto, pero le falta mejorar sus comunicaciones. Así resume la situación en este campo Carlos Iván Márquez, director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), quien lideró la respuesta al sismo del martes, que sacudió a 17 departamentos.
Márquez destaca la creación de la UNGRD, que hizo que el manejo de las amenazas naturales sea responsabilidad de un organismo de carácter nacional (que le reporta directamente a la Presidencia de la República) y no de una pequeña oficina del Ministerio del Interior.
“Eso nos ha empoderado, porque podemos organizar con eficacia los consejos municipales y departamentales de gestión del riesgo y el trabajo de la Cruz Roja, la Defensa Civil, la Policía y el Ejército, que lideran la asistencia. Eso ha sido clave para ganar en coordinación”, dice el funcionario. 
Este nuevo enfoque comenzó a tomar forma tras las inundaciones del 2010 y del 2011 –por la influencia de La Niña–, uno de los peores desastres naturales de la historia de Colombia, que dejó pérdidas por casi 11 billones de pesos y 4 millones de damnificados.
El Gobierno decidió entonces invertir un billón de pesos en la unidad, que ahora se financia mediante el Fondo Nacional de la Gestión del Riesgo.
Según Márquez, Colombia ha mejorado en el plano operativo gracias a la Agencia de Cooperación de apoyo de Japón (Jica), que nos ha asesorado en el manejo de inundaciones, erupciones volcánicas, terremotos y tsunamis. Por ejemplo, la sala de crisis de la UNGRD es idea de los nipones.
“Hoy, Colombia es menos vulnerable, aunque frente a los eventos naturales no hay países infalibles”, aclara el experto, quien pone como ejemplo el terremoto que hace cuatro años afectó a Japón. A pesar de ser esta una de las naciones más preparadas frente a cualquier amenaza. Ese sismo y el tsunami posterior dejaron más de 20.000 muertos.
Márquez reconoce que una de nuestras debilidades es la limitación de las comunicaciones, que no cubren todo el país y se saturan con facilidad. A esto se suma la creencia de muchos de que la prevención y la atención son responsabilidad del Estado.
Está demostrado que gran parte del éxito de la respuesta a un evento de gravedad radica en la participación de la comunidad. En ese sentido, las redes sociales son una gran herramienta de comunicación. Sin embargo, se usan con ligereza. “El martes, muchos tuiteros y usuarios de Facebook usaron la red para crear pánico. Sin fundamento, decían que habría réplicas, que temblaría otra vez, cuando ni la tecnología más avanzada puede predecir un terremoto. Eso es condenable y sería castigado de manera ejemplar en países desarrollados”, denuncia el funcionario.
Pese a este uso inadecuado, plataformas como Facebook y Twitter resultaron óptimas para enviar reportes a familiares y amigos, en reemplazo de las llamadas telefónicas o vía celular, que colapsaron después del sismo.
Este año debería estar listo el Sistema Nacional de Telecomunicaciones en Emergencias (SNTE), que busca optimizar las comunicaciones entre la población y las autoridades en momentos de emergencia, con el apoyo de las redes de telefonía móvil y los medios de comunicación.
Luisa Fernanda Salamanca, coordinadora de gestión de riesgos de la Cruz Roja para Cundinamarca y Bogotá, insiste en que todavía queda mucho por hacer, principalmente, en términos de planes de contingencia. “Aunque a nadie le gusta pensar en eso, es necesario prever que ante la inclemencia de un desastre natural podemos perderlo todo, por lo que es imprescindible tomar medidas preventivas, como asegurar nuestros bienes, tener planes alternativos de vivienda y, sobre todo, tomar conciencia de que la vida puede cambiar por un desastre”, dice.
En cuanto al sistema de salud, que está al límite con la demanda normal, el viceministro del ramo, Fernando Ruiz, señala que si bien existe la posibilidad de declarar la emergencia sanitaria, Colombia no tiene un marco legal que le permita al Ministerio de Salud adoptar las medidas necesarias para hacerle frente.
Por eso, insiste en que en el Plan Nacional de Desarrollo deben incluirse facultades para esa cartera como ordenar la compra de medicamentos, insumos, productos o servicios; establecer brigadas de atención, ordenar el traslado de profesionales a las zonas afectadas, autorizar el ejercicio profesional de estudiantes de profesiones del área de la salud y otorgar permisos para profesionales de la salud extranjeros.
En materia de infraestructura, Sandra Forero, presidenta de Camacol, señala que la construcción formal se enmarca dentro de normas de sismorresistencia muy exigentes.
En eso coincide Jorge Marín, vicepresidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, quien subraya que las construcciones, tanto de obras civiles como de edificaciones están regidas bajo la norma de sismorresistencia, que se convirtió en ley en 1984, tras el terremoto de Popayán, un año antes.
Preocupan las edificaciones construidas antes de 1984, así como las zonas rurales y la informalidad. “Es importante que los procesos de autoconstrucción tengan acompañamiento técnico de los municipios, porque el 50 por ciento de nuestras ciudades se ha desarrollado al margen de la formalidad y ahí es donde está el mayor riesgo”, recalca Forero.

lunes, 16 de marzo de 2015

RESEÑA HISTORICA DE LOS SEGUROS Y SUS ORGANOS DE CONTROL EN COLOMBIA

En un principio el negocio de los seguros en Colombia estuvo explotado en nuestro país por empresas extranjeras. Fue en 1874 cuando en una reunión presidida por el jefe del estado de aquel entonces, don Santiago Pérez, se constituyó la primera sociedad anónima Colombiana encargada de la explotación del seguro, la cual se denomino “Compañía Colombiana de Seguros”. Opero inicialmente el ramo del trasporte asegurando los cargamentos que se llevaban por el rio Magdalena.
La década de 1910 a 1920 se caracterizo por la multiplicación de agencias y sucursales en todo el país, esto, sin duda, debido a que la nación conocía y confiaba cada día más en la industria aseguradora.
En 1924 se promulgo la ley 68, la cual en su artículo 55 dispuso que las instituciones de seguros debieran quedar sometidas a la vigilancia de la Superintendencia Bancaria. En 1925 se promulgo el decreto número 655 que reglamento la ley 68 de 1964. Este decreto constituyo junto con la precitada ley claros antecedentes de la ley 105 de 1927 que fue por muchos años la ley orgánica de las compañías de seguros.
En 1927, bajo la presidencia del doctor Miguel Abadía Méndez, se promulgo la ley 105 que reglamento las compañías de seguros. Esta ley tuvo como base el decreto precitado del cual, inclusive, transcribió varios artículos, al igual que la ley 68 de 1924 sometió a las compañías de seguros al control de la Superintendencia Bancaria; estableció los requisitos mínimos que se deben acreditar ante este organismo cuando se trate de organizar una compañía de seguros, determinó las cauciones o seguridades que estas compañías deben prestar para atender a sus obligaciones en debida forma; les prohibió a las compañías actividades comerciales como compra y venta de mercancías, les dio facultades a la Superintendencia Bancaria para, en determinados casos, tomar posesión y liquidar las compañías de seguros.

domingo, 15 de marzo de 2015

Qué es el seguro de terremoto?


Ante la ocurrencia de un sismo, este seguro brinda la protección contra los perjuicios que puedan sufrir los bienes inmuebles. La cobertura de terremoto, es obligatoria para los deudores hipotecarios y para los bienes comunes sometidos al régimen de propiedad horizontal.

Por qué debo tener un seguro contra terremoto?
Colombia es un país particular desde el punto de vista sísmico, debido a que confluyen en el territorio nacional tres placas tectónicas: la Placa Nazca, la Placa de Cocos y la Placa Suramericana.
Esta situación hace que el país presente una amenaza sísmica de consideración en sus principales ciudades, especialmente, aquellas localizadas en el centro y occidente de la nación.
Terremotos como los de Popayán en 1983, Armenia en 1999 y Cali en 2004, son evidencia reciente de la acción sísmica en el país.

¿Dónde puedo conseguir un seguro de incendio y/o terremoto?
Las pólizas de incendio y terremoto, solo pueden ser expedidas por las compañías de seguros autorizadas por la Superintendencia Financiera de Colombia.
Varias compañías de seguros utilizan a los intermediarios de seguros. Los intermediarios pueden ser corredores, agencias o agentes de seguros.
¿Qué determina el costo de la póliza de incendio y/o terremoto?
Existen una diversidad de variables que determinan el costo de un seguro de incendio y terremoto (con sus respectivos anexos) entre ellos están:
  • El valor asegurado del inmueble. 
  • La ubicación del bien. 
  • El uso del bien.(vivienda, oficina, comercio, bodega, industria, etc.) .
  • El material de construcción del bien (concreto, mampostería, madera, acero, etc.). 
  • La fecha de construcción del bien (si fue construido bajo normativa sismo resistente).
  • Vecindad del bien (edificios que puedan golpear el inmueble en caso de sismo, estaciones de gasolina, puentes, etc.) .
  • El asegurado puede tomar determinaciones que favorecen la disminución del valor de la prima. Entre ellas están: la colocación de extintores, planes de emergencia, evacuación, tratamiento de emergencias, etc. Depende del tipo de bien a asegurar.
Hice cambios en mi vivienda. ¿Debo informar a mi compañía de seguros? ¿Por qué?
Sí es necesario que informe a la aseguradora. Al realizar cambios en su vivienda, implica que el valor asegurado de su inmueble puede cambiar. Si no informa a la aseguradora sobre estos cambios y su valor, se puede configurar un infraseguro (ver infraseguro). Como se explicó anteriormente, el infraseguro NO es conveniente para el asegurado.

sábado, 14 de marzo de 2015

Seguros contra terremotos: no se descuide



A pesar de que Colombia enfrenta una amenaza sísmica alta como lo demuestran los terremotos de Popayán en 1983, Armenia en 1999 y Cali en 2004, muchos copropietarios subestiman los riesgos.



A pesar de ser un evento poco frecuente, los terremotos son severos y pueden acabar con su vida y sus bienes en cuestión de segundos. Los seguros son una forma de proteger su patrimonio.

En tan solo mes y medio se han presentado en el mundo grandes terremotos como los de Haití, Chile y Turquía, lo cual nos recuerda que el riesgo de que se presente un sismo de gran magnitud es algo real que siempre está latente. Sin embargo, las personas no toman precauciones para proteger su vida ni su patrimonio ante este tipo de eventos. Son pocos quienes tienen planes de evacuación o han identificado los lugares más seguros en sus hogares y menos los que han adquirido un seguro para proteger su vivienda.

Según cifras de Fasecolda, tan solo 4,5% de las copropiedades en Bogotá, una de las ciudades con mayor nivel de aseguramiento de este tipo, cuenta con una protección en caso de un evento catastrófico como un terremoto. Esto a pesar de que desde el terremoto del Eje Cafetero en 1999, los copropietarios están obligados a asegurar los bienes comunes, al menos contra los riesgos de incendio y terremoto, de manera que se garantice su reconstrucción (Ley 675 de 2001). Y, dado que los bienes comunes no son solo las zonas comunes, como el salón social y los ascensores, sino las columnas, las vigas, los entrepisos, las fachadas y los techos, los ductos y, en fin, la mayor parte de la estructura de una edificación, estos seguros son vitales para preservar el patrimonio construido durante años. 

Muchas personas piensan que si tienen un crédito hipotecario están totalmente aseguradas contra terremoto. Sin embargo, estos seguros cubren generalmente el valor de la deuda y no el valor total del bien, por lo que están desprotegidos ante cualquier eventualidad. Por otra parte, un seguro tomado en forma individual, como el seguro de hogar para proteger los contenidos de la vivienda, es adicional pues no garantiza la reconstrucción del bien. 

El costo de un seguro contra incendio y terremoto (es generalizado que terremoto sea un anexo de la póliza de incendio que es una evento más frecuente) depende de la ubicación del bien, su uso, material de construcción, edad de la edificación, si cumple o no normas de sismorresistencia, entre muchos otros factores. Sin embargo, en promedio, un seguro todo riesgo pueden estar entre 1,5 por mil y 2 por mil. Esto significa que por cada $100 millones, la póliza costaría entre $150.000 y $200.000, más IVA por un año. Los expertos recomiendan acudir a avaluadores expertos para determinar el valor a asegurar y evitar quedar sobre o sub asegurado. Además, recuerdan que se pueden tomar medidas que disminuyan la prima, como la colocación de extintores, planes de emergencia, evacuación y tratamiento de emergencias, entre otras.

Por otra parte, los seguros contra incendio y terremoto, que solo pueden ser expedidos por las compañías de seguros autorizadas por la Superintendencia Financiera de Colombia, tienen generalmente otras coberturas como hurto, daños por agua, anegación e inundación (granizadas), terrorismo, responsabilidad civil, directores y administradores (por malos manejos), y cuentan con servicios de asistencia como vidrios, plomería, cerrajería, daños eléctricos, entre otros, los cuales los hacen bastante útiles. Lea las pólizas para fijarse en los amparos y servicios con que cuenta. 

A pesar de que Colombia enfrenta una amenaza sísmica alta como lo demuestran los terremotos de Popayán en 1983, Armenia en 1999 y Cali en 2004, muchos copropietarios subestiman los riesgos y, además, desconocen las implicaciones de no estar asegurados. "Los administradores y las juntas de copropietarios se exponen a responder con su patrimonio familiar por el no acatamiento de la normativa. Por tanto, es un tema que se debería abordar con toda seriedad en las próximas asambleas", afirma Carlos Varela, director de la Cámara Técnica de Incendio y Terremoto de Fasecolda
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viernes, 13 de marzo de 2015

Las 10 pólizas de seguros que los colombianos deben tener

La vida y el patrimonio familiar deben estar protegidos ante cualquier riesgo. Conozca cuáles son.

A finales del 2011, varios de los condominios residenciales más exclusivos del municipio de Chía, a pocos kilómetros de Bogotá, amanecieron inundados. A algunos solo se les veía el techo. Una tragedia impensable.
En noviembre del año pasado, la torre seis de la urbanización Space, ubicada en el sector de El Poblado en Medellín, se desplomó y quedó convertido en un montón de escombros.
Estos dos hechos no solo tienen en común la tragedia y las pérdidas. En ambos casos, apenas algunos de los bienes afectados estaban asegurados para cubrir la totalidad de los daños ocasionados, es decir, el inmueble y los muebles.
Más allá de confirmarse la responsabilidad del constructor, a los afectados les queda una lección. La vida y el patrimonio familiar deben estar protegidos ante cualquier riesgo.
Ante la eventualidad de un siniestro que pueda acabar con la vida o dejar en la calle a una persona o familia, los seguros se convierten en la única forma de mitigar su impacto.
ELTIEMPO.COM, con la asesoría de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), seleccionó las diez pólizas de seguros que los colombianos deben tener para mantener un nivel de tranquilidad frente al riesgo.
1. Hipotecario.
2. Voluntario del hogar: incendio, terremoto, inundación y otros.
3. SOAT.
4. Voluntario de automóviles.
5. Salud POS y voluntario de salud: prepagada o póliza de cobertura.
6. Seguro de educación.
7. Seguro de vida.
8. Seguro exequial.
9. Seguro pensional.
10. Riesgos laborales.

Los personales son: el SOAT, salud POS y voluntario de salud, prepagada o póliza de cobertura, seguro de educación, seguro de vida, exequial , pensional y riesgos laborales. Por su parte, los de patrimonio son: el hipotecario, voluntario del hogar y voluntario de automóviles.
Seguro hipotecario
Cuando alguien compra una casa o un apartamento a crédito, el banco exige un seguro para cubrir la deuda, en caso de fallecimiento del titular del inmueble. Si esta persona fallece, la deuda queda saldada. En esta póliza es clave mantener actualizado el valor asegurado, a fin de que la protección no se desvalorice.
Seguro voluntario del hogar es decir, contra incendio, terremoto, inundación y otros
Este seguro está asociado al hipotecario. La protección depende del tipo de cobertura establecida en la póliza contratada por el propietario del bien. Por ejemplo, cuando una persona compra una casa o un apartamento, debe tomar un seguro contra incendio, terremoto o inundación y otros daños.
Esta póliza ampara casos como el de la inundación de los condominios de Chía. Pero puede suceder que la cobertura sea solamente para el inmueble y no para los bienes muebles que la familia tenga. Sin embargo, la mayoría de los productos que ofrecen las aseguradoras para la protección voluntaria del hogar incluye la cobertura a los muebles.
Por el contrario, estas pólizas no cubren hechos como el del Space, porque su origen no obedeció a terremoto, incendio o inundación. Tampoco incluye los bienes.
La palabra 'otros' se refiere a explosión interna, escapes de gas, robo de joyas, daños en tuberías, asonada, motín, actos malintencionados de terceros, daños en muebles y enseres, pago del servicio de bomberos y hasta la mordida que su perro le pueda ocasionar a un tercero.
Otro de los seguros a inmueble es el obligatorio para zonas comunes. Cubre gimnasio, piscina, equipos, entre otros.
Vehículos
Tener un carro sin seguro no es solamente poner en riesgo el valor del mismo. También es estar expuesto a un costoso proceso de responsabilidad civil por daños ocasionados a terceros, incluida la probabilidad de causarles heridas o la muerte a personas.
El SOAT es obligatorio y cubre lesión o muerte de terceras personas. En Colombia, anualmente se reportan cerca de 1.200.000 víctimas fatales y alrededor de 50 millones de heridos por percances en las vías.
En seguros voluntarios de vehículos hay tres amparos básicos: Responsabilidad civil, daños parciales o totales y hurtos parciales o totales.
Uno de los cerca de 6.500 carros asegurados que se roban cada año en el país, puede ser el suyo. Además, recuerde que, según Facecolda, en el 2013 se registraron 1'125.000 siniestros de vehículos amparados por pólizas de seguros.
En responsabilidad civil cubre daños a terceros, lesiones o muerte y asistencia jurídica.
Seguro de vida
Se refiere a muerte natural, violenta o accidental. Esta póliza también ofrece la cobertura por incapacidad total o parcial.
Riesgos laborales
Día a día más personas se integran a la población trabajadora del país y, sin importar su profesión u oficio, se exponen a diferentes riesgos en ejercicio de su actividad laboral. Proteger y prevenir a los trabajadores de frente a accidentes o enfermedades es, precisamente, la razón de fondo para que la seguridad social cuente con un Sistema General de Riesgos Laborales.
Desde 1994 se abrió la posibilidad de que las Administradoras de Riesgos Laborales, ARL, asumieran el seguro de riesgos laborales, que cubre eventos como caídas, cortadas, golpes y otros accidentes, bien sea en el lugar de trabajo o en actividades relacionadas con la vida laboral incluso en eventos como eventos deportivos avalados por las empresas.
Seguro de pensión
Garantiza a los cotizantes una pensión en caso de invalidez o muerte. Tras el cumplimiento de los requisitos, cualquier ciudadano puede obtener la pensión de vejez, bien sea mediante el reconocimiento de renta vitalicia o renta programada, Los afiliados a Colpensiones están cubiertos por el régimen de prima media.
Educación
La educación es el patrimonio más valioso que le puede heredar a sus seres queridos. El seguro educativo permite, a través de una planeación bien estructurada de las necesidades futuras de gasto en educación de sus seres queridos, asegurar la formación.
Académico
Se trata de un ahorro que garantiza la educación de los hijos. Hay diversas modalidades de pólizas para este tipo de amparo, con coberturas en diferentes niveles.
Salud
No contar con un seguro de salud es estar en el peor de los mundos. En pleno siglo XXI no es posible que exista una persona sin seguro de salud. En Colombia, las personas de bajos recursos disponen del Sisbén, un servicio de aseguramiento estatal que garantiza la atención básica de las personas.
Quienes tengan un empleo disponen del aseguramiento al denominado Plan Obligatorio de Salud (POS). Quienes estén en capacidad de hacerlo, pueden tomar un seguro adicional de medicina prepagada.
También existen pólizas de hospitalización efectivas para cubrir imprevistos, relacionados con accidentes, hospitalización o enfermedades repentinas que requieren atención inmediata.
Pensión
Una de las decisiones más importantes en la vida de las personas es la forma en cómo va a financiar sus gastos después de retiro de la vida laboral. Algunos colombianos olvidan que es necesario contar con un ahorro para garantizar un ingreso en la vejez o cuando atravesamos eventos inesperados como la muerte o la invalidez.
Con la Ley 100 de 1993, se estableció que el pensionado puede elegir ya sea una renta vitalicia inmediata, un retiro programado con renta vitalicia diferida o un retiro programado, así como otras formas de ingresos para la etapa del retiro laboral, aprobadas por la Superintendencia Financiera, con las que podemos protegernos cuando llega la hora de recibir los frutos del trabajo de toda una vida.
De esta gama de posibilidades, la industria aseguradora se dedica a las rentas vitalicias, mecanismo de pensión por medio del cual un beneficiario recibe un monto mensual por todo el tiempo que dure su vida y que se ajusta anualmente con base en el Índice de Precios del Consumidor, IPC, o con el incremento legal del salario mínimo dependiendo del caso.
Adicionalmente, existe el seguro previsional para las personas que realizan su ahorro pensional con las Administradoras de Fondos de Pensiones, con el fin de que no tengamos que sufrir dificultades económicas al afrontar situaciones inesperadas como la muerte o la invalidez.
Créditos
Todos los préstamos otorgados por el sistema financiero están amparados por un seguro en caso de fallecimiento del deudor. Esta póliza tiene como objetivo evitar procesos de recuperación de cartera contra los bienes dejados por el titular.
De esa manera no se afectan los bienes dejados a sus familiares cercanos. Sin embargo, una de las condiciones básicas de este seguro es que el deudor esté al día en el pago de las cuotas.

jueves, 12 de marzo de 2015

A los seguros contra terremotos no se les da mayor uso en Colombia

Bogotá_

Que en la primera semana del año hayan ocurrido tres sismos en diferentes regiones del país, evidencia los riesgos a los que se está expuesto en caso de no contar con un seguro frente a catástrofes de este tipo. Una realidad que los colombianos aún no consideran ya que se calcula que solo 1 de cada 10 edificios está protegido.

Según Fasecolda, para la póliza de bienes comunes contra incendios y terremotos, que es obligatoria, hay aproximadamente 17.424 copropiedades aseguradas, es decir, 10% del total a nivel nacional, mientras que esa cifra llega a 19,2% en Bogotá.
Lo mismo ocurre con las pólizas voluntarias del hogar, que llegan a 5% de las viviendas del país. Solo los seguros hipotecarios muestran mejores cifras, ya que todos los bienes que cuenten con esa financiación están protegidos frente a terremotos.
De acuerdo con Francisco Majós, presidente de Swiss Re Colombia, todavía hay que mejorar. “Hemos avanzado mucho por el incremento de hipotecas, pero en las viviendas que no tienen ese crédito, consideramos que la penetración de los productos de seguro es todavía muy baja”.
Igualmente, Alexander Montoya, presidente de AIG Colombia, cree que “en promedio se invierte en seguros $360.000 al año y sólo 5% de las viviendas cuentan con un seguro de hogar, lo que demuestra que todavía no hay suficiente conocimiento sobre la importancia de asegurarse ante eventos como terremotos”.
En cuanto al sector se ve como la tendencia no es positiva. En primas emitidas en noviembre se observa una reducción de 7% frente a 2012, al pasar de $1,15 billones a $1,07 billones. Eso sí, la siniestralidad en este periodo cayó de 43% a 38%.
Mientras, en los nueve primeros meses de 2013 las primas ascendían a $410.105 millones solo en seguros contra terremotos, los siniestros pagados fueron $16.667 millones y los sucedidos, $87.996 millones.
Al presentar estas cifras, Jorge Humberto Botero, presidente de Fasecolda aseguró que “se puede ver como la mayor parte de los colombianos están muy poco protegidos ante estos episodios”.
Esta situación tiene más relevancia al tener en cuenta que según el Banco Mundial, 86% de los colombianos están expuesto a una amenaza sísmica alta y media, al tiempo que Swiss Re, ubica a Bogotá, junto con Lima y Santiago, como las tres ciudades en las que más personas se verían afectadas en caso de catástrofe.
El mejor ejemplo de las pérdidas que puede generar lo da la historia con el episodio del terremoto de Armenia. En ese evento, solo 10% de los daños contaba con seguro y el pago de siniestros llegó a $420.000 millones.
El Banco Mundial también expone que las pérdidas entre 1970 y 2010 son de US7.102,9 millones y estima en US$44.900 millones los costos por terremotos en los próximos 500 años. En ciudades, un terremoto en Bogotá supondría por US$12.700 millones, en Medellín US$7.500 millones o US$6.400 millones en Cali.
Pero esta baja protección es común en Latinoamérica. De las pérdidas por daños causados, los países solo contaban con un seguro para 1,2% del total. Con todo, al hablar de costos, se observa que un seguro a todo riesgo para el hogar cuenta con tarifas que van desde $1,5 por cada $1.000, por lo que, para una vivienda de $100 millones, el costo sería de $150.000 por año.
¿Con qué opciones cuenta?
Al hablar de los daños contra los inmuebles, se puede contratar el seguro obligatorio de bienes comunes que cubre los espacios públicos de una copropiedad por incendio o terremoto, eventos que también protege el seguro hipotecario. Pero, que si quiere proteger sus bienes de manera voluntaria, contrate el seguro de hogar.

Además, debe saber que también puede proteger su salud, así como su estabilidad financiera. Para esto, la póliza de riesgos laborales le protege en horas de trabajo, al igual que el seguro de salud le cubre los gastos médicos de producirse la contingencia.
En ese sentido, las pólizas de vida garantizan la estabilidad económica de una familia en caso de muerte o incapacidad del cotizante, el exequial cubre los gastos tras el fallecimiento o el previsional que protege al asegurado con una pensión por invalidez o mesada a sus familiares.
Conociendo los riesgos que supone un terremoto, la mayor recomendación es que se proteja y contrate un seguro de hogar.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Qué hacer antes, durante y después de un terremoto?


Con el ánimo de orientar a la ciudadanía sobre aquello que debe tenerse en cuenta ante un terremoto, se está desarrollando la campaña ‘Con los pies en la Tierra’.

A través del Fondo de Prevención y Atención de Emergencias (FOPAE) de la ciudad de Bogotá, se han establecido seis jugadas maestras con las cuales, las personas podrán mitigar los riesgos posibles en caso de ocurrir un terremoto.
"Se trata de seis jugadas maestras que ilustran a la gente para que se culturice respecto a lo que se debe hacer antes, durante y después de un terremoto, con tal de reducir en gran parte los riesgos ", asegura Henry Ortiz miembro de la Oficina de información pública de FOPAE.

Tal como se ha observado en distintos terremotos, las personas salen corriendo a las calles sin pensar en todo lo que hacen al tratar de salvar sus vidas, lo peor del asunto es que el desespero es una de las principales causales de muertes y accidentes en medio de este tipo de desastres.


Las seis jugadas maestras
Teniendo como base las experiencias pasadas y la tragedia ocurrida en Haití en enero (2010), la campaña ‘Con los pies en la Tierra’ sigue insistiendo y orientando a las personas a seguir los siguientes pasos básicos:
  1. Hogar Seguro: es previo al evento, es decir se refiere a las distintas acciones que las familias pueden realizar para prevenir mayores riesgos. Reorganizar la vivienda, asegurar los objetos pesados, liberar los pasillos de obstáculos, todo esto con tal de asegurar el bienestar de quienes se encuentren en el hogar en el momento de un movimiento sísmico.
  2. Plan de Emergencia: Se trata de crear planes familiares de emergencia, así como ocurre en los sitios de trabajo y en los colegios. Contempla: definir rutas de evacuación, asignar funciones, por ejemplo la persona que se va a encargar de sacar a los más vulnerables del hogar. Además, tener establecido un sitio a dónde moverse cuando ocurra un sismo.
  3. Kit de emergencia: Lo más importante es tener agua suficiente para todas las personas que están en la casa para un mínimo 3 días, también deben incluirse alimentos perecederos, pito metálico, radio transistor, linterna, botiquín, pero teniendo en cuenta las necesidades básicas de cada familia. Si por ejemplo hay quien sufra de la tensión, deben tenerse pastillas para este tipo de problemas.
  4. Vivienda Segura: Se refiere a realizar los cambios necesarios en la arquitectura. Ubicar y reforzar el sitio de mayor seguridad al interior de la casa (Columnas, vigas, etc.).
  5. Protéjase: Es la forma cómo se van a organizar las personas en el lugar seguro previamente establecido, un lugar lejos de las ventanas, de los vidrios, preferiblemente en una esquina de la vivienda, donde convengan dos columnas. Estar agachado, cubriendo la cabeza.
  6. Evalúe y actúe: Es el paso posterior al movimiento sísmico. Implica verificar ciertas acciones previas: abrir la puerta, cerrar las llaves de gas, verificar que están todas las personas al interior de la casa, finalmente dirigirse al lugar de encuentro (parque, calle, etc.) y tener calma.

Lo más importante respecto a las seis jugadas maestras es dejar el escepticismo a un lado, comprometerse a tener puntos de encuentro con la familia y además, tener siempre listo un Kit de emergencia, aunque para algunos sea una pérdida de tiempo.

"A veces las personas, dicen ‘cómo tener agua por dos años guardada’, pero hay que estar cambiando el agua y los alimentos de este kit, por si en algún momento llegar a ocurrir un desastre natural", agrega Ortiz.
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  • No correr.
  • Esperar a que pase el sismo, en caso de estar en pisos altos.
  • No pararse debajo de los marcos de las puertas.
  • No buscar el famoso ‘Triángulo de la Vida’, es más fácil ubicarse en las esquinas de la vivienda, ponerse debajo de un escritorio resistente.
¿Qué es el triángulo de la vida?
El autor de esta teoría es Doug Copp, sobreviviente de distintos terremotos y colapsos de edificios. Según él, durante un terremoto hay que acostarse cerca de los muebles y no meterse bajo ellos. Ya que cuando los edificios caen, generalmente aplastan los muebles, pero siempre queda un vacío triangular junto a ellos que no se ve afectado (espacio en el que se encuentra la persona acostada).

Sin embargo, esta idea fue revaulada por distintos expertos en prevención y atención de emergencias del mundo. Pues no está comprobado científicamente que los muebles y los elementos estructurales resistan lo suficiente como para formar el famoso vacío triangular.

"Nuestra idea es que todo el mundo tome conciencia, tenga claro los conceptos y se pueda consolidar este programa. Además necesitamos que los padres tengan conciencia y crean, para que luego los niños tomen conciencia de estos eventos" concluye Henry Ortiz.

Para mayor información visita el siguiente enlace.
[arriba]
Con el fin de orientar las acciones de prevención y atención de desastres, el MEN, a través de la directiva Nº 12 de julio de 2009, generó una serie de recomendaciones para las distintas secretarías de Educación Nacional, las cuales tienen en cuenta tres etapas básicas:
  1. Prevención y gestión de riesgo
  2. Acciones en situación de crisis
  3. Etapa de post-emergencia.
Dentro de cada una de las etapas, los docentes y directivos de las instituciones educativas cumplen un papel determinante en la construcción de hábitos de prevención y además, en la difusión de información necesaria frente al tema.