martes, 13 de enero de 2015

El chat y el volante, una combinación peligrosa para la seguridad vial en Colombia

Manejar un auto hablando por celular se ha convertido en una verdadera pesadilla para la seguridad vial. Aumentan los accidentes de tránsito y los conductores multados.
Verónica*, diseñadora gráfica de Bogotá, nunca pensó que responder un mensaje por  su celular le costaría 2 millones de pesos  “me distraje un momento a contestar un mensaje en el chat de mi blackberry, aceleré distraída y no me di cuenta que el carro que iba delante de mí no había arrancado. Lo choqué. Fue mi culpa. Tuve que asumir las consecuencias del daño del otro vehículo y del mío”.
Como este, son miles los incidentes de tránsito que ocurren todos los días en las calles y carreteras de Colombia por culpa de conductores distraídos que contestan, hacen llamadas, escriben o mandan correos electrónicos mientras manejan. Una actividad sumamente peligrosa que no sólo supone una infracción económica para el conductor sancionado, sino accidentes de tránsito mayores que pueden derivar en un verdadero dolor de cabeza.
Pero, a pesar de las campañas de seguridad vial en Colombia y las advertencias, cada vez más conductores utilizan sus teléfonos mientras manejan. Durante los primeros meses de 2011, fueron sorprendidos 41.606 colombianos que utilizaban sus celulares mientras manejaban, quienes tuvieron que pagar 267. 795 pesos de multa por esta causa. Y aún peor: se han contabilizado 48 muertos y 117 heridos por causa de esta extendida práctica.
“La distracción impacta negativamente el rendimiento al conducir, lo cual incrementa las probabilidades de un choque o atropello por lo menos cuatro veces. Hablar por celular disminuye entre el 20 y el 40 por ciento la concentración de cualquier conductor. A nivel mundial el uso de los celulares y otros elementos electrónicos de comunicación es un problema en crecimiento para la seguridad vial, dado el auge en los dispositivos electrónicos y el crecimiento de las redes sociales, por tanto se hace necesario llamar la atención entre los conductores especialmente los jóvenes entre 20 y 30 años, donde se presenta la mayor accidentalidad en la ciudad, para que tomen conciencia y eviten hablar o chatear cuando conducen”, señala la Secretaría de Movilidad de Bogotá en entrevista con el diario El Espectador.
¿Por qué un conductor decide arriesgar su vida y la de otras personas por utilizar un teléfono celular en un momento en el que sus cincos sentidos deben estar puestos en conducir un vehículo? Las muertes por accidentes de tránsito se han convertido en una pandemia: 6 millones de personas mueren al año en accidentes de tránsito en el mundo. Además del alcohol,  la impericia y la imprudencia, ahora un nuevo ingrediente se suma a la tragedia que día a día se sufre en las calles y carreteras del país: la utilización indebida de  los teléfonos inteligentes o smartphones.
Estos teléfonos, con 3 años de vida y popularidad en el país, se volvieron objetos indispensables en la vida de los colombianos. La necesidad, e incluso, la obsesión que estos teléfonos despiertan en las personas ya dan como resultado nuevas enfermedades, como la Nomofobia o la “fobia a dejar el celular en casa” y que se manifiesta en ansiedad, irritabilidad y dificultad para concentrarse si no se tiene al lado al teléfono. Ya nadie puede desconectarse, ni un minuto, de las redes sociales, del correo electrónico, de los chats instantáneos o de las cientos de aplicaciones que un teléfono de ese orden puede ofrecer.
En Colombia, el problema está lejos de solucionarse. Aunque en países permitido utilizar los llamados “manos libres” para hablar mientras se conduce, los que están detrás del volante no están dispuestos a utilizarlos, ni ignorar una llamada o un mensaje, y muchos menos detenerse para contestarlos. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario