sábado, 9 de mayo de 2015

Cuidado con la comida rápida antes del embarazo

embarazo, bebé
   
 




El consumo excesivo de comida rápida puede ser contraproducente a la hora de buscar un embarazo. Te contamos por qué en el siguiente artículo. 

Si está buscando un embarazo, lo mejor que puede hacer una mujer es alejarse de las hamburguesas, los perros calientes, el pollo frito y otras comidas rápidas. ¿La razón? Este tipo de alimentos pueden representar un alto riesgo de diabetes gestacional, una enfermedad importante en el embarazo con graves consecuencias para ella misma como para su bebé.

La investigación, realizada en la Universidad de Navarra, hizo un seguimiento a más de 3000 mujeres desde 1999 y confirmó 159 casos de diabetes gestacional (DG), una enfermedad que puede derivar en diabetes tipo 2 después del embarazo y otras complicaciones para el bebé.

“El contenido de grasas saturadas y colesterol presentes en carnes rojas y procesadas y los nitritos precursores de nitrosaminas presentes en carnes procesadas pueden interferir con el efecto de la insulina” dice la investigadora Maira Bes-Rastrollo”. También "pueden tener un efecto perjudicial en el control de los niveles de glucosa los productos finales que se pueden formar en la carne y alimentos ricos en grasas animales a través su calentamiento y procesado”.

Los problemas en los niños de madres con diabetes gestacional van desde la obesidad hasta la intolerancia a la glucosa y diabetes. Además, se han detectado "efectos perjudiciales en la implantación y desarrollo del embrión, así como una asociación entre esta condición y el nivel cognitivo y educativo de los hijos".


¿Qué es la diabetes gestacional?

La diabetes gestacional resulta cuando la insulina que produce una mujer gestante no logra cumplir sus funciones debido a diferentes causas. En muchos casos, la diabetes gestacional no presenta síntomas, por eso la convierte en una gran amenaza para las mujeres embarazadas. 

Los factores de riesgo asociados a esta enfermedad son:

  • Tener sobrepeso y obesidad.
  • Antecedentes familiares de diabetes.
  • Haber dado a luz recientemente a un bebé de gran tamaño, con defectos congénitos o que haya muerto antes de nacer.
  • Tener mucho líquido amniótico.
  • Tener más de 25 años.

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