viernes, 13 de febrero de 2015

¡Qué repelentes!

Los fabricantes de estos productos se han convertido en uno de los pocos ganadores con el chikunguña. Stay Off y Nopikex lideran el mercado y son colombianas.

Haber sufrido de malaria tres veces –la última estuvo al borde de la muerte– le despertó al empresario paisa Rodrigo Salazar Botero grandes ‘deseos de venganza’. Desde ese momento, en la década de los 80, se convenció de la necesidad de trabajar con terapias que ayudaran a evitar esa peligrosa enfermedad.

Por motivos de seguridad había salido del país y en 1985 vivía en Nueva Zelanda. Allí supo de un científico australiano que había desarrollado un jabón que servía para evitar la picadura del mosquito transmisor de la malaria.

Lo contactó porque pensó que un jabón es un producto mucho más popular que un repelente tradicional y que, por ende, la gente lo aceptaría más fácil. Le compró la tecnología y lo convenció de que viniera a Colombia para enseñarle a fabricarlo.

Entre 1989 y 1990 montó cerca de Cali Laboratorios Salder, donde comenzó a producir el jabón que desde ese momento se llamó Nopikex, hoy uno de los repelentes más vendidos en el país.

“El comienzo fue traumático. Fabricábamos el jabón y mi esposa se iba con una maleta a venderlo Buenaventura, que fue nuestro primer mercado objetivo. Pero fue un fracaso total. Nos dimos cuenta de que éramos y seguimos siendo buenos en la manufactura, pero no en la comercialización. Por eso lo que hicimos fue aliarnos con los Laboratorios JGB, para que ellos nos comercializaran el producto”, cuenta Salazar Botero.

Ese acuerdo duró 15 años, en los que Nopikex consiguió reconocimiento nacional y a uno de sus mejores clientes: el Ejército de Colombia, para el cual fabrica un jabón especial –con más componente activo–, dado que los solados deben trabajar en zonas donde corren el riesgo de enfermarse por picadura de mosquitos, no solo de malaria sino también de dengue, leishmaniasis y fiebre amarilla, entre otras.

En 2005 Salazar Botero decidió que era el momento de internacionalizar el Nopikex. Cambió de comercializador y optó por la multinacional Schering-Plough. Pero, mientras se ajustó a los requerimientos de la empresa estadounidense, esta se fusionó con su paisana Merck & Co. en 2009 y el laboratorio Salder tuvo que volver a ajustarse a las exigencias de la nueva compañía para empezar a vender al exterior.

El proceso se repitio el año pasado, cuando Bayer compró el negocio de productos de venta libre de Merck, que incluye al Nopikex, pese a no ser dueño del jabón sino únicamente su comercializador.

“Esto no nos hubiera pasado si lo hiciéramos solos, pero seguimos pensado que zapatero a tus zapatos y lo mío es la parte industrial”, explica Salazar, quien dice que, aunque le han ofrecido comprarle el jabón (ya con varias presentaciones) y su laboratorio, no los vende porque es “como si vendiera a un hijo”.

Se disparan las ventas


La decisión de mantener Nopikex como su producto consentido le dio buenos réditos este año, con el reciente brote del virus de chikunguña, que ya ha infectado a más de 100.000 personas en el país y cuyo pico coincidió con la época de vacaciones, en la que gran parte de los viajeros se movilizaron a las zonas en donde se reproduce el mosquito transmisor de esta enfermedad.

El resultado fue la escasez tanto de repelentes como de acetaminofén, medicamento que se usa para tratar la enfermedad, pero que muchas personas mal informadas compraron para evitar el contagio, contribuyendo a la escasez y a la especulación.

“Vendimos 300% más de lo que vendemos normalmente en esta época del año. Habíamos salido a vacaciones colectivas y a los dos días nos tocó regresar porque no dábamos abasto”, confiesa Salazar.

Lo mismo le pasó a la empresa vallecaucana Belleza Express, uno de los más grandes fabricantes nacionales de productos de salud y belleza, que en 2013 facturó $105.300 millones. Desde 2001 produce el repelente Stay Off, que viene en varias presentaciones y hoy es el número uno del mercado nacional, con ventas que alcanzan los $15.000 millones anuales en esta línea.

Olga Lucía Díaz Sandoval, gerente de Mercadeo de Belleza Express, comenta que no pudieron descansar en la temporada de fin de año y tuvieron que trabajar turnos dobles para atender la demanda derivada del temor al chikunguña. “Y es que no solo fue la cadena de abastecimiento, sino que los compradores de los almacenes también habían salido a descansar y eso retrasó todas las órdenes”, explica.

Agrega que desafortunadamente la desinformación y la alta demanda llevaron a que crecieran los casos de falsificación de repelentes e, incluso, la venta de productos caseros con los que engañaban a los consumidores.

Esta ejecutiva aclara que aunque las ventas han crecido bastante, el consumo de repelentes en Colombia debería ser el doble del actual, dado que este es un país propenso a las enfermedades transmitidas por la picadura de mosquitos.

Además, es un producto que no se vende todo el año, sino de forma estacional en temporadas de vacaciones, pues lo adquieren los viajeros y no quienes viven en las zonas donde se reproducen los mosquitos.

Esto hace que el principal mercado sea Bogotá. “Así mismo, en la capital están muchas de las petroleras que compran para sus empleados en los pozos”, añade Salazar.

Los re-pelentes se venden más en droguerías (55%) que en supermercados (45%) y debido a la forma como ha entrado la fiebre chikunguña al país, la Costa Atlántica ha sido la zona en donde más han crecido las ventas. Para Belleza Express ha significado además una oportunidad de exportación a países que están afectados por la enfermedad, en Centroamérica y el Caribe.

El virus del chikunguña –cuyo nombre procede de un idioma hablado en Tanzania y Mozambique y que significa ‘hombre que se dobla’ y se aplica a esta enfermedad, que se caracteriza por fuertes dolores en las articulaciones–, implica un reto para el sistema de salud y para la cultura de prevención en el país,. Pero también una oportunidad para empresas como Salder y Belleza Express, que con la enfermedad no van a quedar doblados, sino muy bien parados.

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